VI. EXPERIENCIA EN LA INVESTIGACIÓN DE DELINCUENTES SEXUALES SERIALES
En la década del noventa, hemos investigado en el CMF a numerosos delincuentes sexuales seriales y en un trabajo anterior hemos desarrollado lo observado (56) (67) (70). Aquí haremos una pequeña síntesis.
Para poder realizar una pericia médica sexológica correcta sobre un delincuente sexual, en este caso delincuente serial, debemos partir de la realización de una buena semiología de la conducta delictiva. Para ello, se debe tener en cuenta el actor y el acto delictivo.
En el primer caso, se debe hacer el examen psiquiátrico sexológico no solamente del actor, que puede tratarse de un delincuente sexual, sino también se debe hacer el examen de la víctima, que en determinadas circunstancias puede dar datos de importancia con referencia al comportamiento del victimario.
Del victimario se debe tener en cuenta todo lo refer ente a su biopsicogénesis individual y sus sociogénesis o factor ambiental (mesológico). Por lo tanto, se debe configurar la historia vital del actor tomando en cuenta su personalidad de base, por un lado, más las influencias ambientales, por el otro, lo que nos permita interpretar la criminogénesis o las causales para delinquir.
En el segundo caso, se debe investigar el acto delictivo para, a través de los mecanismos utilizados, observar la criminodinamia del delito.
El acto delictivo se debe estudiar antes, durante y después del hecho. De manera tal que la conducta delictiva surge de la interacción entre un delincuente y un hecho delictivo. Se enumerarán algunas reflexiones observadas:
- Los delincuentes seriales suelen ser adultos jóvenes o de mediana edad. Es raro observar a menores de 18 años y mayores de 50.
- La vestimenta que luce el delincuente serial suele ser siempre la misma cuando realiza el acto agresivo. La vestimenta forma parte de un ritual que tiene un simbolismo particular para el agresor, como si fuera un “uniforme de combate”.
- Se observa que predominan los solteros, de personalidad inmadura e inestable, de 30 a 40 años, dependientes emocionalmente y habitualmente hijos únicos que conviven simbióticamente con su madre, por general viuda y dominante.
- Difícilmente el delincuente serial presenta la imagen del “perverso lombrosiano”. Es, por lo contrario, un individuo que a nivel social se comporta de modo adecuado. Paralelamente, cuando desarrolla su “actividad delictiva”, desdobla su personalidad, adopta otra identidad (parafrenia sexual). Excepcionalmente se han registrado seriales con características “lombrosianas” y de escaso nivel intelectual como el recordado “petiso orejudo”.
- El lenguaje que suelen utilizar durante la ejecución del acto delictivo propiamente dicho es el de las amenazas, insultos, descalificación, agresión, procacidad, auto-revalorización, venganza, etc.
- Casi en todos los casos, los delincuentes seriales tienen trabajos efectivos y se comportan en ellos en forma responsable. Algunos trabajan por su cuenta, tienen “hobbies”, coleccionan objetos artísticos, son amantes de refinados gustos culturales o realizan acciones de beneficencia en la comunidad en total actitud paradojal con sus tendencias delictivas.
- Los que tienen hijos suelen ser padres rígidos, autoritarios e imponen una férrea disciplina familiar con total oposición a los comportamientos transgresores que cumplen durante su actividad delictiva.
- La modalidad de la actividad sexual que realiza tiene que ver con la forma de compensar las dificultades sexuales que sabe que presenta cuando intenta una relación convencional.
- Es raro que presenten antecedentes delictivos de otra índole, aparecen debutando con una serie de delitos similares que motivan su detención, a veces luego de un largo período de búsqueda. Los que poseen antecedentes suelen ser por hechos similares en otras regiones del país o que fueron recientemente liberados y han reincidido rápidamente.
- No es cierta la noción generalizada de que estos delincuentes sean torpes y agresivos o con antecedentes de conductas sociales violentas y menos, libertinos sexuales. Es de excepcional observación que las conductas delictivas seriales se den en pornógrafos, o “liberados sexuales” o personas que se vanaglorian socialmente de su vida sexual abiertamente.Lo habitual es que se dé en reprimidos sexuales, introvertidos, timoratos, mojigatos, misóginos o dependientes afectivos sobre todo de la madre.
- No es común ver delincuentes seriales francamente alienados (psicóticos); lo habitual es ver trastornos de la personalidad y delincuentes psicópatas instintivos especialmente a nivel gregario y sexual, es decir, que descargan su agresión contra lo humano del medio circundante al que no se adaptan. Las variantes esquizoide e histeroparanoide son las de mayor prevalencia.
- Las personalidades obsesivo-compulsivas son de observación frecuente entre los seriales. El asesino serial es por lo general un varón introspectivo, tranquilo, reservado, distante, de buenos modales, bondadoso y agradable, sin amigos, solitario en sus decisiones, hipobúlico, tímido, estudioso, suele ser fácilmente descartado como sospechoso por su historia de persona pasiva que no reacciona frente a la violencia, ordenado, meticuloso, pulcro, es común que no fume, beba ni consuma drogas y si lo ha hecho, no es un adicto. Suele ser mojigato y condena la obscenidad, la vulgaridad y las palabras soeces.
- Quiere ser notorio antes que ignorado, y pasar a la historia como el criminal más importante (vanidad delincuencial). Es por ello que suele hablar, leer y hacer comentarios a personas sobre las noticias que se refieren a su accionar (antes de ser capturado) manifestando opiniones punitivas muy fuertes sobre lo que se debería hacer con el asesino cuando lo detengan.
- Algunos autores hacen hincapié en que los asesinos seriales estaban obsesionados con fantasías sexuales desde mucho tiempo antes de la realización de los asesinatos, hecho que tiene importancia capital, por cuanto por un lado comparten importantes similitudes con otras parafilias como el exhibicionismo y la pedofilia y, por otro, porque nos sitúa en el camino de la comprensión psicodinámica de la conducta del sujeto.
- El delincuente sexual serial es peligroso por su “forma de ser”, su conducta delictiva es egosintónica con su personalidad anómala (no necesariamente enferma), y la proclividad a la agresión sexual, con secuencias temporales del ataque casi siempre sin cómplice.
- El sujeto delincuente serial suele actuar en silencio, de allí lo infrecuente de la utilización de armas de fuego. Lo usual es el empleo de un arma blanca (cuchillo, navajas, destornilladores, etc.) ya sea para amenazar, intimidar o eventualmente dar muerte a su víctima. En este último caso, es frecuente la utilización de la asfixia mecánica o los golpes en el cráneo.
- El delincuente serial actúa casi siempre siguiendo un ritual, dentro de una misma zona a la que estudia puntillosamente y que tiene una significación especial dentro de todo el contexto delictivo. Es como un coto de caza que conoce perfectamente, que investiga en sus mínimos detalles y en la cual “elige la presa” que debe encuadrar dentro de su patrón delictivo o cumplir con sus necesidades impulsivas particulares. Para ello, algunos agresores seriales llevan un diario de sus víctimas, un plano de los lugares donde van a llevar a cabo sus ataques o un mapa detallado de los puntos donde ya han realizado sus fechorías.
- Los lugares de acecho suelen ser los vehículos públicos, la calle, las circunstancias de encuentros ocasionales “con la futura víctima”, lugares de recreación como bailes, confiterías, bares, etc. Utilizan el medio de movilidad que mejor se ajusta a sus necesidades delictivas y van desde ir a pie, en bicicleta, moto, vehículos públicos en especial si allí viaja la víctima y desciende con ella, y mucho más sofisticadamente en su “Kombi” acondicionada que reúne y tiene preparadas las características que requiere su plan.
- En general, se realiza a través del ataque sorpresivo o el traslado de la víctima, bajo amenaza de arma, al lugar que tiene establecido para consumar el hecho. No obstante ello, se han observado también formas más sutiles como la seducción, el engaño, la coacción, etc. como conducta premeditada anterior a la ejecución del acto delictivo propiamente dicho.
- La reacción del medio circundante reviste cierta peligrosidad.Cuando se toma conocimiento periodístico o social del hecho delictivo serial se produce el pánico en el ambiente. A veces aparece la patrulla de vecinos que exigen castigos severos (pena de muerte). La histeria colectiva estimulada por la imaginación favorece las falsas denuncias y acusación a inocentes.
- Como contrapartida, en algunos casos se ha visto la atracción sexual de algunas mujeres por el criminal y llegan hasta formar pareja con el delincuente (enclitofilia de Loccard) (56) (67) (70).