III. PSICOGÉNESIS DE LA CONDUCTA SEXUAL DELICTIVA
Desde cualquier perspectiva que se enfoque el tema de la conducta sexual delictiva, se plantean dos interrogantes comunes a cualquier delito:
- la personalidad del individuo que delinque y
- que se hará luego con el delincuente.
El individuo que delinque cualquiera sea su forma tiene una personalidad. La personalidad del delincuente debe ser el centro de nuestra investigación, porque es la unidad a la que quedan referidas todas las manifestaciones de su accionar: conducta, motivación, etc. Por lo tanto, el estudio de la conducta delictiva debe hacerse en función de la personalidad total del individuo y de su inseparable contexto social (36) (42).
El delincuente sexual una vez condenado: el dilema médico sexológico es qué se puede hacer por él desde el punto de vista rehabilitatorio, qué posibilidades reales tiene de tratamiento, qué grado de peligrosidad relacionada con la frecuencia de reincidencia, etc. Todos estos interrogantes, como se verá, dependerán fundamentalmente del diagnóstico de la personalidad de base del sujeto en cuestión (2) (14) (15) (18) (19) (20).
Sabemos que el individuo realiza continuas tentativas de adaptación al mundo en que se desarrolla y vive.El investigador debe descubrir el valor y la significación que ese mundo adquiere para él (67) (70).
La significación y la intencionalidad de la conducta constituyen un todo organizado -portador de un sentido- que se dirige a un fin (67).
Diremos entonces que la conducta sexual delictiva es una conducta concreta del individuo, expresión de su relación con la víctima en un lugar (espacio) y en una fecha (tiempo) determinados (72).
Esto significa, desde el punto de vista individual, la dificultad del delincuente para aceptar la ley, lo que implica dificultades en el desarrollo de su personalidad. A su vez desde el punto de vista social, significa una alteración, violación o trasgresión de la norma establecida (72). Siempre se ha insistido en acentuar la diferencia que existiría entre el individuo que delinque y el individuo socialmente adaptado. Sin entrar en polémicas estériles, se puede decir que es evidente que existe en el delincuente una historia personal con determinadas características, un contexto social y ciertas disposiciones que fallan en determinadas circunstancias que explicarían las conductas delictivas en general y las sexuales en particular (61) (67).
Existen relaciones estrechas entre los rasgos de personalidad del delincuente y la conducta delictiva, es decir, se observa que la conducta del homicida, del ladrón, del estafador o del delincuente sexual presentan entre sí rasgos característicos, pero distintos entre cada figura (2) (28) (74) (77).