Contentidos
- 1 8) Las vicisitudes familiares
- 1.1 8.1. Familia humilde y barrio de arrabal
- 1.2 8.2. Prejuicios sociales y casamiento
- 1.3 8.3. La protesta social
- 1.4 8.4. El padre sentenciado por robar para alimentar a su familia
- 1.5 8.5. Las luchas laborales y las consecuencias familiares
- 1.6 8.6. La frustración existencial
- 1.7 8.7. Crisis económica familiar de la década del 30
8) Las vicisitudes familiares
8.1. Familia humilde y barrio de arrabal
Benjamín Tagle Lara en 1926 describe con nostalgia en “Puente Alsina” el progreso de un suburbio donde se asociaba la “ protección familiar” del barrio hacia un huérfano al que compara con afecto de la madre muerta. Dice: ¿dónde está mi barrio, mi cuna querida? ¿dónde la guarida refugio de ayer? Borró el asfalto de una manotada, la vieja barriada que me vio nacer …. Luego esboza la causa de su orfandad “En la sospechosa quietud del suburbio, la noche de un triste drama pasional, y huérfano entonces yo, el hijo de todos, rodé por el lodo de aquel arrabal “ Más adelante se lamenta y justifica “yo no he conocido caricias de madre. Tuve un solo padre que fuera el rigor… mi barrio es mi madre que ya no responde… ¡qué digan adónde lo han ido a enterrar!
En 1930 Julio Canturias escribe “Padrino Pelao” donde se narra un casamiento en un barrio, el padrino pelado que se hace cargo de la fiesta, los muchachos que intentan “colarse “ en la misma y sobre todo los prejuicios de las vecinas frente al “rostro marchito de alguna de alguna pebeta que para siempre perdió la ilusión” y también cuando “ las viejas del barrio comentan las cosa con admiración, ¿ha visto señora, que poca vergüenza? ¡Vestirse de blanco después que ha pecado!”.
Las expresiones de la cultura popular frente a la crisis de la década del 30, fueron oscilantes entre extremos: desde la denuncia de las irritantes desigualdades sociales de la época que repercutían en la familia, hasta tomar la crisis como una amarga broma del destino, a la que había que aguantar hasta que pasara. Juan Carlos Marambio Catán y Horacio Petorossi compusieron uno de los primeros tangos de protesta en 1931 al que titularon “Acquaforte”, para algunos el primer tango “comunista” donde se hace una descarnada descripción de la injusticia social. Un desahuciado reflexiona “Cuarenta años de vida me encadenan, blanca la testa, viejo el corazón; hoy puedo ya mirar con mucha pena lo que en otros tiempos miré con ilusión”. Luego relata: “ Un viejo verde que gasta su dinero emborrachando a Lulú con su champagne, hoy le ha negado el aumento a un pobre obrero que le pidió un pedazo más de pan.” Por último pontifica “ Y pienso en la vida…Las madres que sufren, los hijos que vagan sin techo, sin pan… Vendiendo L a Prensa, ganando dos güitas..¡Qué triste es todo esto!…¡Quisiera llorar!”
Este y otros tangos son una acabada descripción de la angustia, la incertidumbre, el escepticismo y el temor a perder bienestar y respetabilidad. Así Discépolo en el tango ¿Qué sapa, Señor?, visualizó en 1931 también un agudo problema de entonces el auge de la delincuencia, particularmente la juvenil, por eso exclama: “¿ Qué sapa Señor, que todo es demencia?. Los chicos ya nacen por correspondencia y asoman del sobre sabiendo afanar.”
8.4. El padre sentenciado por robar para alimentar a su familia
Celedonio Flores en 1932 escribe “Pan” y narra las penurias de un padre sentenciado por robar por no conseguir trabajo y tener que alimentar a su familia. Dice: “El sabe que tiene para un rato largo, la sentencia en fija lo va a hacer sonar. Quisiera que alguno pudiera escucharlo y ver si es humano querer condenarlo por haber robado un cacho de pan”. Acota y explica “Sus pibes no lloran por llorar ni piden masitas, ni dulces, ni chiches, ¡Señor!. Sus pibes se mueren de frío y lloran hambrientos de pan. La abuela se queja de dolor. También su mujer escuálida y flaca, en una mirada toda la tragedia le ha dado a entender” Luego reflexiona: “¿Trabajar? ¿Adónde? Extender la mano pidiendo limosna ¿por qué?.. Por último la decisión “Se durmieron todos. Cacho la barreta, se puso la gorra resuelto a robar, un hombre que llora y un cacho de pan”
8.5. Las luchas laborales y las consecuencias familiares
Mario Battistella en 1933 explicita en el tango canción “ Al pie de la Santa Cruz” las consecuencias de la huelga y la condena de un obrero que es expatriado engrillado la nave Santa Cruz dejando desamparada a toda la familia. Se describe: “Declaran la huelga hay hambre en las casas. Es mucho el trabajo y poco el jornal y en ese entrevero de lucha sangrienta se venga de un hombre la ley patronal” Próximo a ser embarcado “al pie de la Santa Cruz una anciana desolada llorando implora a Jesús y el anciano, que no sabe rezar También protesta a la par.” “Los pies engrillados cruzó la planchada…La esposa lo mira, quisiera gritar. Y el pibe inocente que lleva en los brazos le dice llorando Yo quiero a papá”…
8.6. La frustración existencial
Cátulo Castillo en 1962 escribe “Desencuentro” y “¿ Y a mi qué? Donde trasmite las desesperanzas del hombre frente a la frustración existencial.
En el primero el poema dice: “ Estas desorientado y no sabes que trole hay que tomar para seguir y en este desencuentro con la fe querés cruzar el mar y no podes” Quisiste con ternura, y el amor te devoró de atrás hasta el riñón. Se rieron de tu abrazo y ahí nomás te hundieron con rencor todo el arpón. Creíste en la honradez y en la moral ¡qué es estupidez! Y remate en el colmo de la desesperación “ Por eso en tu total fracaso de vivir, ni el tiro del final te va a salir…”.
8.7. Crisis económica familiar de la década del 30
En 1933 Ivo Pelay y F. Canaro escriben para un sainete ¿Dónde hay un mango ? durante esa época de crisis el tango tomó en broma la mishiadura de la incipiente y pujante familia de clase media. “ ¿Dónde hay un mango, viejo Gómez?. Los han limpiado con piedra pómez . ¿Dónde hay un mango que los financistas, ni los periodistas, ni perros ni gatos noticias y datos de su paradero no me saben dar?
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