Contentidos
- 1 3) Las vicisitudes de los vínculos familiares que plantean las letras de los tangos
- 1.1 3.1. El amor y los conflictos de pareja
- 1.1.1 3.1.1. El abandono
- 1.1.2 3.1.2. La traición y sus consecuencias
- 1.1.3 3.1.3. La infidelidad
- 1.1.4 3.1.4. La ruptura amorosa
- 1.1.5 3.1.5. El desengaño
- 1.1.6 3.1.6. Nostalgias del amor perdido
- 1.1.7 3.1.7.Reencuentros decepcionantes
- 1.1.8 3.1.8. Cuando tallan los recuerdos
- 1.1.9 3.1.9 Confiesa maltrato para salvarla de él
- 1.1 3.1. El amor y los conflictos de pareja
3) Las vicisitudes de los vínculos familiares que plantean las letras de los tangos
3.1. El amor y los conflictos de pareja
Las relaciones amorosas entre el varón y la mujer en el tango han sido su alimento favorito.
En rigor de verdad no todas las mujeres de los tangos son malas, ni todos los tangos tienen porqué tratar, necesariamente dicho tema. Hay infinidad de composiciones que exaltan líricamente a la mujer, considerándolas como los más puro y sagrado que existe sobre la tierra.
La cumbre la alcanzó Rafael Rossi, en su obra “Corazoncito” “Déjame corazoncito, que te tribute mis flores símbolo de la pureza de los momentos mejores”
En la década del 30 Canaro y Pelay escriben “Te quiero” que expresaron “Como se quiere a una madre, como se quiere a un hermano, con ese amor sin igual..”
Es claro que cobran mayor interés poético y dramático cuando estas relaciones son conflictivas y suponen todo aquello inherente a la traición, el hastío, el olvido los consiguientes rencores, súplicas, arrepentimientos, odios, venganzas, y crímenes diversos.
Lo habitual es que el canto plañidero del tango apunte a las desavenencias del varón en su vínculo sexual o de pareja con la mujer.
Como consecuencia de ello ocurren diversas alternativas.
3.1.1. El abandono
Es uno de los temas predilectos del tango. Abandonar es dejar lo emprendido, relegar un proyecto común, interrumpir lo compartido de manera enteramente unilateral. Es un hecho sorpresivo, sin preaviso de ninguna índole.
Tal vez no habría que hablar del abandono sino del “abandonado
El gran punto de partida del tango cantado “Mi noche triste” de Pascual Contursi y Samuel Castriota, (1917) es un ejemplo. La mujer lo abandona en “lo mejor de su vida” dejándole el alma herida y espinas en el corazón” a pesar de ”la quería, que era su alegría y su sueño abrazador”. Considera que no obtendrá consuelo y por tal razón bebe para encontrar gratificante olvido.
El valor y el coraje también serán adquiridos bajo el efecto del alcohol. Por supuesto la espera “dejando la puerta abierta” para hacerse la ilusión de su retorno.
Luego ante la inactividad del ser (el abandonado), la cosa (el no-ser) cobra vitalidad y exhibe una bronca que adquiere animación, voluntad y acción. Así el cotorro participa de una integración absoluta con el ocupante, se encuentra “desarreglado, triste y abandonado” así como los objetos faltantes en el hogar “no se encuentran los frasquitos con moñitos todos del mismo color” y lo que queda, la catrera se ”pone cabrera “ (se angustia) y “el espejo está empañado y hasta parece que ha llorado”…, la guitarra está muda y la lámpara se ha negado a dar luz. Es decir, el personaje está quieto y soporta, y los objetos se hacen cargo de la situación angustiosa y se pronuncian.
Si seguimos con P. Contursi (1924) en “La cumparsita “ un total abandonado (no sólo por la mujer) recuerda y manifiesta lo que siente, ”piensa en voz alta” y evoca que luego de prolongada soledad sigue conservando idénticos sentimientos hacia ella, “conserva aquel cariño que tuve para tí”, ”siente angustias en su pecho”, la considera “pedazo de su vida” y por cuanto lugar transita, ”la busca por todas partes sin poderla hallar” para desgracia los amigos dejaron de visitarlo (quienes lo consolaban), el sol no asoma por la ventana y para colmo “el perrito compañero que por su ausencia no comía, también lo dejó”.
Celedonio Flores en “Mano a mano” recrea al hombre abandonado que se encuentra solo y recuerda “que en su pobre vida paria “la mina había sido “ una buena mujer” que como “buen macho “le enseñó amar a tal punto que el amor que obtuvo con él “la mujer nunca más tendrá.” Con el tiempo ya ha dejado la “casa de pensión”…”ahora es una bacana”, vive con magnates en relaciones inauténtica posee dinero y lo dilapida “los morlacos del otario, los tira a la marchanta”. Posteriormente le augura con resentimiento y celos “triunfos pasajeros” y cuando la vejez la alcance, él, manteniéndose fiel a sus principios, ”será su amigo y se jugará por ella” y estará presente ante cualquier requerimiento de ella “cuando llegue la ocasión”.
El mismo Celedonio E. Flores (1924) escribe “Nunca es tarde” donde el abandonado es recriminado por un amigo ”no llores que eso no es de hombres” (por una mujer) pero si está autorizado frente a la madre (retorno a la niñez): ”anda a verla a tu viejita, dale un beso y un abrazo y llorando preguntale si te quiere perdonar”. El mensaje del amigo puede sintetizarse en la forma de manejar las secreciones humanas según el siguiente criterio: las lágrimas pueden ser derramadas por la sangre (la madre: mujer buena) pero no por el semen (la mujer: hembra mala).
Satíricamente en algunos tangos se suele tomar la partida de la mujer como un alivio, una alegría, una liberación en una especie de ‘negativo” de Mi noche triste.
Esta vertiente humorística la encontramos en “Victoria” donde Discépolo expresa: ”Victoria, saraca victoria!, pinté de la noria! se fue mi mujer!. Si me parece mentira después de seis años volver a vivir…volver a ver mis amigos…vivir con mama otra vez!..”
3.1.2. La traición y sus consecuencias
Aquí ella (o él) se va con un tercero. La traición es el acto cometido, al quebrantar la fidelidad o lealtad debida. Es una acción fraudulenta y sorpresiva y realizada con intención y sin reparos, a sabiendas y por ende consciente.
El tango no siempre le canta a la traición ya consumada, en algunos casos el hombre” pega antes de que le peguen, por las dudas” Celedonio Flores (1940 ) en “Cuando me entres a fallar” describe a un personaje que se enamora de viejo y dice: “Te conocí cuando entraba a fallarme la carpeta, me ganaste con bondades poco a poco el corazón. “ Luego reconoce, como lamentándose , que a su pesar no puede dejar de estar enamorado “ entré a quererte por esa ley del destino, sin darme cuenta que estaba viejo para querer.” Por su experiencia de vida, duda y pontifica “Viejo …porque tengo miedo que me sobres en malicia, viejo…porque desconfío que me querés amurar.” Con un último arresto se da ánimo “sin embargo todavía, si se me cuadra y apuran puedo mostrarle a cualquiera que sé hacerme respetar.” Compara por último, el tipo de cariño que le profesa haciendo un parangón con el de su madre y la amenaza por las dudas” Te quiero como a mi madre, pero me sobra bravura p’hacerte saltar p’arriba cuando me entrés a fallar”
La voz femenina sufriente y traicionada se observa también en las letras de los tangos .Así José L Panizza (1923) en “Julián” describe la sumisión masoquista por una pasión amorosa “Yo tenía un amorcito que me dejó abandonada… era un tigre para el tango y envidia del cabaret, pero un día traicionero tras de otra se me fue. “A pesar de todo mantiene la fidelidad “En aquel cuartito nadie más entró y paso las noches llorando tu amor. Negro, yo nunca podré olvidarte y siempre sabré esperar”
En las letras de los tangos se ha desarrollado mas las consecuencias de la traición, que la descripción de la traición propiamente dicha, es decir la conducta que se adopta una vez producida la traición que admite distintas alternativas.
Muchos de los casos de traición terminan en venganza o en duelo criollo.
Miguel Bucino (1931) escribe “Una carta” donde el varón presiente la traición de su compañera por estar preso, sólo confía en la madre y urde la venganza y expresa “Vieja: una duda cruel me aqueja y es más fuerte que esta reja que me sirve de prisión… quiero que me diga con franqueza si es verdad que de mi pieza se hizo dueño otro varón. Si así fuera… Malhaya con la ingrata!.. Algún día he de salir y entonces vieja, se lo juro por la cruz que hice en la reja que esa deuda con mi daga he de cobrar.”
En 1930 Alberto J Ballesteros en “Dicen que dicen” se describe el hombre que comete el acto vindicador a través de una paráfrasis Le pide a su mujer que se acerque, que no tenga miedo, que va contarle una historia de amor. El relato trata de una mujer similar a ella, y de un hombre “bueno’ y “manso” como él ”Pero una noche que pa’ un laburo el taura manso se había ausentado, prendida de otros amores perros la mina aquella se le había alzado…” Posteriormente volvieron a encontrarse y el hombre del cuento la tomó del cuello igual que el relator ”y cuando quiso el destino que la encontrara, como ahora a vos, trenzó sus manos en el cogote de aquella perra… como hago yo…”. Mas tarde, el contador, informa a un vecino “Deje vecino… no llame a nadie. No tenga miedo, estoy desarmado. Yo solo quise contarle un cuento, pero el encono me ha traicionao…
3.1.3. La infidelidad
La fidelidad y honradez de la mujer están muy poco recreadas en la letra de los tangos. Así en Por seguidora y por fiel (C. E. Flores) se describe la historia de un malevo desdeñado por una mina que por ser fiel a su corazón y a su amor es marcada por el acosador despechado que la había amenazado con vengarse ”Porque la horrible venganza se cumplió cobarde y cruel. La mina lleva la marca por seguidora y por fiel”
En la letra de algunos tangos se describe la evidencia de la infidelidad, tal situación se encuentra bien descrita por el traicionado a un interlocutor ignoto en el tango “Amigazo” de Francisco Brancatti y Juan M Velich (1924)
Evoca el hecho como “una burda emoción violenta” y describe “una nube en los ojos me vino como un flechazo, y en mi rencor amigazo, entero yo me jugué; quiso el maula reírse manchando mi frente honrada y por tan mala jugada sin compasión lo achuré”
Las modalidades que se describen en el tango para describir la infidelidad son de lo mas variados.
En 1926 Francisco Alfredo Marino escribe en “El Ciruja” la historia de un guapo enamorado que es engrupido por una mujer que le saca el dinero para dárselo al cafiolo. Al saberlo el matón enfrenta y mata al rival, ”los dos guapos se trenzaron en el bajo y el ciruja que era listo para el tajo, al cafiolo le cobro caro su amor ”.
Luis Bayón Herrera en “Un Tropezón” (1927) cuenta la historia de un traicionado que tuvo una fuerte discusión con la infiel en la vía pública a la que trata de agredir por lo que interviene un policía. que lo toma de un brazo. Dice refiriéndose a la autoridad “no me haga pasar vergüenza, yo soy un hombre decente se lo puedo garantir”. Luego recapacita y por miedo a agredirla ya que no la perdona y teme matarla “Lléveme nomas agente, es mejor que no me largue..” Define: “He tenido un mal momento al toparme a esa malvada, más no pienso hacerle nada, Para qué! Ya se ha muerto para mí” Luego se autodefine como un otario como lo sindican los Don Juanes de cabaret por el amor que entregó “Dentre el barro la saque un día y con amor la quise hasta mi alzar” pero era una inmerecedora, hecho que lo explica con un proverbio ”la cabra al monte tira” (severo determinismo adjudicado a la mujer de que con ellas no existe garantía)
Julio Navarrine (1927) en “A la luz del candil” cuenta que un hombre ingresa a la comisaría y hace su presentación: “No soy un borracho, ni soy un cuatrero, señor comisario soy un criminal” Da su nombre: Alberto Arenas. Mató a los dos: la infiel (la malvada) y a su amigo traidor (el sotreta) Confiesa asumiendo la culpa sin temor y sin pedir absolución de la pena sino el perdón de Dios.”Arrésteme sargento y póngame cadenas; si soy un delincuente que me perdone Dios“ Trae las pruebas de la infamia en la maleta: “Las trenzas de mi china y el corazón de él.”
El duelo criollo es una institución regida por normas convencionales y estrictas Ya no se trata de ir derecho a matar sino de pelear esa muerte, tal vez con la confianza en que una justicia última haga que venza el asistido por la razón, tal vez con la simple certeza de que, después de su acción, el otro no puede quedar vivo.
El paradigma del duelo por un querer lo escribe Lito Bayardo (1928) en “Duelo Criollo” la lucha de dos hombres por el amor de una mujer en el que mueren ambos y luego también la mujer de pena. “Cuentan que fue la piba del arrabal la flor del barrio aquel que amaba un payador; sólo para ella cantó el amor al pie de su ventanal; pero otro amor por aquella mujer nació en el corazón del taura más mentao, y un farol, en duelo criollo, vio bajo su débil luz morir los dos. De pena la linda piba abrió bien anchas sus alas, con su virtud y sus galas hasta el cielo se voló.”
Armando J Tagini (1927) en “La Gayola” presenta un personaje que vuelve de la cárcel a recordar el pasado con la infiel y al encontrarse con su ex compañera (la traidora) le comunica: ”no te asustes ni me huyas, no he venido pa’vengarme”…”solamente vine a verte pa’dejarte mi perdón. Evoca el fallecimiento de su madre y su traición seguida de muerte y cárcel.(de 8 a 25 años por homicidio Art. 79 del CP) ”Una noche fue la muerte quien vistió mi alma de duelo, a mi tierna madrecita la llamó a su lado Dios.. y desde el cielo me decía que eras buena, que confiara siempre en vos…pero me jugaste sucio…y sediento de venganza mi cuchillo envainé en un corazón…me encerraron muchos años en la sórdida gayola y una tarde me libraron…pa’mi bien o pá mi mal”…
3.1.4. La ruptura amorosa
Las vicisitudes de la relación amorosa y su fracaso están planteadas en innumerables tangos.
José de Grandis (1927) en “Amurado” describe la ruptura amorosa sin explicar la causa “una tarde más tristona que la pena que me aqueja, arregló su bagayito y amurado me dejó. No le dije una palabra, ni un reproche ni una queja; la miré como se alejaba y pensé: todo se acabó..!”
Manuel Romero describe en 1928 en “Aquel tapado de armiño” al hombre que ha hecho infinitos sacrificios y privaciones, para cumplir los deseos de ella” Era el momento culminante del cariño, me encontraba yo sin vento vos amabas el armiño” Las actividades realizadas para la obtención de lo anhelado por la mujer consistieron: “y yo con mil sacrificios te lo pude al fin comprar, mangué amigos, vi usureros y estuve un mes sin morfar” .Luego reconoce que en definitiva el tapado resultó más durable que su amor “Aquel tapado de armiño todo forrado en lamé, que tu cuerpito abrigaba al salir del cabaret; me resultó al fin al cabo más durable que tu amor: el tapao lo estoy pagando y tu amor ya se acabó”
Conclusión: no siempre otorgando los gustos, se adquiere la seguridad del amor.
3.1.5. El desengaño
En el tango “Alma en pena” Francisco García Jimenez (1928) evoca a una mujer, que no se aparta de su ritual amoroso, consistente en engañar sin más, a todo hombre que la rodea “Ella si que me olvidó!…y hoy frente a su puerta la oigo contenta, percibo sus risas, y escucho que a otro le dice las mismas mentiras que a mí.”
Cambio amor por dinero: Armando J Tagini y Venancio J Clausa en 1931 describen en “La marcha nupcial “ el drama del enamorado que concurre al casamiento de su ex novia que lo reemplazó por otro que tiene más dinero. Dice: “Te vi salir del templo con tu flamante esposo, envuelta en los acordes de la marcha nupcial. Un resplandor de dicha te iluminaba el rostro; el porte de una reina lucías al andar “ luego reflexiona: “ No pude ofrecerte más bien que mi ternura; vos echaste a una balanza tu hermosura y el dinero del otro pesó más”.
En “ Te aconsejo que me olvides” se relata el desamor de una mujer que abandona al amante y se queda con su marido. El hombre desilusionado le recrimina y defiende su capacidad amatoria que supone que ella no podrá olvidar. Expresa: “ Recibí tu última carta en la cual me decías: Te aconsejo que me olvides, todo a muerto entre los dos. Solo pido mi retrato y todas las cartas mías. Ya lo sabes que no es justo que aún eso conserves vos. Hoy reconoces la falta, tenés miedo que yo diga, que le cuente a tu marido nuestra íntima amistad. Soy muy hombre. No te vendo. No soy capaz de una intriga. Lo comprendo que si hablara quiebro tu felicidad”. Después de perdonarle la vida llega el mensaje reivindicatorio de su masculinidad herida “ Pero no me vas a negar que cuando fuiste mía, dijiste que me querías que no me ibas a olvidar y que ciega de cariño me besabas en la boca, como si estuvieras loca, sedienta, nena, de amar “.
Varón ingenuo estafado: En “Chorra” E S Discépolo (1928) narra la relación amorosa de un hombre bueno y trabajador y una ladrona de profesión. El se auto presenta como gil y otario “Por ser bueno , me pusiste en la miseria, me dejaste en la palmera ,me afanaste hasta el color. Chorra me robaste hasta el amor” Hace un inventario de lo perdido” En seis meses me comiste el mercadito, la casilla de la feria, la ganchera, el mostrador” Reconoce que el susto llega hasta “tanto me asusta una mina que si en la calle me afila me pongo al lao del botón”
3.1.6. Nostalgias del amor perdido
El recuerdo del amor perdido o el volver a verlo después de largo tiempo son situaciones que en la letra de los tangos se reitera asiduamente.
Enrique Santos Discépolo (1928) en “Esta noche me emborracho” pinta a un hombre enamorado que realiza actos de deslealtad por mantener su amor y lo recuerda con amargura “Y pensar que hace diez años fue mi locura que llegué hasta la traición por su hermosura” “que chiflado por su belleza le quité el pan a la vieja me hice ruin y pechador…que quedé sin un amigo que viví de mala fe, que me tuvo de rodillas sin moral, hecho un mendigo cuando se fue..”
Alfredo Le Pera en 1934 escribe “Soledad” “En la doliente sombra de mi cuarto, al esperar sus pasos que quizás no volverán, a veces me parece que ellos detienen su andar sin atreverse luego a entrar .Pero no hay nadie y ella no viene, es un fantasma que crea mi ilusión.”
Ricardo Luis Brignolo y Alfredo Lacueva escribieron en 1926 “Intímas” donde se narra existencialmente y con tono desacostumbradamente romántico para le tango las circunstancias de un amor imposible. Dice : “ Hace tiempo que te noto que estás triste, mujercita juguetona, pizpireta, has cambiado, ya no eres tan coqueta cual las flores primorosas de un altar… Yo te amaba y me amabas tiernamente, mas las fuerzas del destino se opusieron y desde entonces nuestras almas tuvieron un vacío imposible de llenar.”
Tenemos también que considerar que el tango se ocupó de la mujer enamorada y aquélla que “por buena” se quedó “para vestir santos”
E. Cadícamo (1929) escribe De todo te olvidas refiriéndose a la cabeza de novia enamorada :“De un tiempo a esta parte, muchacha te noto más pálida y triste. Decí: ¿Qué tenés? A veces te encuentro un poco amargada llorando encerrada en tu habitación. Y he visto, extrañado, que muy a menudo de todo te olvidas, cabeza de novia nimbada de amor”
El mismo E Cadicamo (1930) escribió “Nunca tuvo novio” “Pobre solterona…te has quedado, sin ilusión sin fe…tu corazón de angustia se ha enfermado puesta de sol es hoy tu vida trunca…”
Ambivalencia femenina: En 1933 Roberto Fontaina y Rodolfo Sciamarella tienen un éxito fulminante con su tango “Andáte” donde se canta el sentimiento ambivalente que prevalecía en el espíritu femenino de la época que luchaba por su identidad frente a la dominancia machista. Dice: “Andáte, nomás andáte. No creas que me haces daño. Llevo el corazón deshecho desde el primer desengaño. No pienso llorar andate. Andate será mejor…no, no te vayas, quedate, que me hace falta tu amor.”
3.1.7.Reencuentros decepcionantes
Los encuentros o reencuentros casuales o buscados son, salvo excepciones decepcionantes y alejan a ambos más de lo que estaban.
Así en” Ahora no me conocés “( Santiago Adamini) se expresa: “Te busqué sin darme paz por cariño nada más y ahora no me conoces”
A Le Pera (1935) describe en “Volvió una noche” el reencuentro sorpresivo “ Volvió una noche, no la esperaba, había en su rostro tanta ansiedad que tuve pena de recordarle su felonía y su crueldad. Ella le pide perdón y anhela volver al pasado “ Me dijo humilde: si me perdonas, el tiempo viejo otra vez vendrá” El piensa escépticamente “.Mentira, mentira, yo quise decirle las horas que pasan ya no vuelven más. Luego hace silencio y ambos entienden la imposibilidad del retorno afectivo “Callé mi amargura y tuve piedad; sus ojos azules, muy grandes se abrieron. Mi pena inaudita pronto comprendieron y con una mueca de mujer vencida me dijo: Es la vida. Y no la vi más.” Ella se va al observarlo y él acepta su decadencia existencial “Se fue en silencio sin un reproche, busque un espejo y me quise mirar. Había en mi frente tantos inviernos que también ella tuvo piedad.”
Otra forma de encuentros podría denominarse “la que retorna”
Esta acción en los tangos es típicamente femenina, ya que rara vez el varón vuelve a la mujer. Las mujeres en cambio vuelven arrepentidas buscando amparo y techo, el amor verdadero o el hijo que abandonaron.
Sin embargo la letras de los tangos centran más el interés en la actitud del hombre que las recibe que en los motivos de la mujer para retornar.
En “De vuelta al bulín” ( P Contursi) el varón recuerda la vuelta arrepentida al bulín de la percanta que “juyó’ y le reprocha “Cuantas veces contigo y con mis amigos me encuerdelé y en una noche de atorro en el cotorro no te encontré” Luego explica que la buscó, imaginó que se escondió para darle un alegrón, pero luego cayó en la realidad cuando vio que las ropas se había llevado y que le había dejado una carta donde le decía que se iba con otro. No obstante ante el regreso “Con todos los despechos que vos me has hecho, te perdoné”
Francisco Bastardi (1925)escribió “Entra nomás”: que dice: “entra nomás ya que has vuelto, no tengas miedo a la biaba, si yo tranquilo esperaba que volvieras otra vez; y aunque tuviste el coraje de abandonar nuestro hijito entrá, que está el pobrecito, deseando que lo beses. “…y luego acota: ”pero de ahora en adelante, si en mi techo te cobijo, serás la madre de mi hijo pero mi mujer jamás”.(penitencia o castigo que le impone a la mujer por su falta)
En Lloró como una mujer C Flores (1929) narra a una mujer engrupida por la “ histeria masculina “.a través de una postura melancólica : “Me engrupiste bien debute con el cuento’e la tristeza pues creí que te morías si te dejaba amurao; describe luego la “ sintomatología depresiva “que presentaba “Te dio por hacerte el loco y le pegaste al alpiste, te espiantaron del laburo por marmota y por sebón; yo también al verte enfermo empecé a ponerme triste y entre a quererte por zonza, a fuerza de compasión. Te empezó a gustar el monte, y dejaste en la timba poco a poco la vergüenza, la decencia y la moral; como empezó a escasear el vento me diste cada marimba que me dejaste en cama con vistas al hospital. Avivada de la conducta psicopática del compañero pontifica : “Decime si yo no he sido para vos como una madre, decime si me merezco lo que me pensás hacer. El acepta el reto y pide perdón “ Bajó el bacán la cabeza, y él, tan rana y tan compadre besándole los cabellos lloró como una mujer…”
3.1.8. Cuando tallan los recuerdos
Celedonio Flores 1930 escribió “Viejo Smocking” “Viejo smocking cuantas veces la milonguera mas papa el brillo de tu solapa de estuque y carmín manchó y en mis desplantes de guapo cuantos llantos te mojaron cuantos taitas envidiaron mi fama de gigoló”
La década del cuarenta la marcan los recuerdos Epoca en que se escriben tangos nostalgiosos y románticos .El abandono, la traición y las desavenencias no se vengan con la acción agresiva explícita, los reproches apuntan a la angustia existencial de la problemática de la pareja.
H. Manzi escribió en 1942 al recuerdo irremplazable que el varón tiene por la mujer que lo abandonó en “Ninguna” “No habrá ninguna igual, No habrá ninguna. Ninguna con tu piel y con tu voz.” “
J.M .Contursi en “Grisel” 1942 cuenta una historia de seducción, abandono arrepentimiento y búsqueda sin solución ” No debí pensar jamás en lograr tu corazón…Y sin embargo te busqué hasta que un día te encontré y con mis besos te aturdí sin importarme que eras buena. Tu ilusión fue de cristal, se rompió cuando partí, pues nunca, nunca más volví…Qué amarga fue tu pena!. “
El mismo Contursi (1944) en “Cristal” dice “ Tengo el corazón hecho pedazos, rota mi emoción en este día…Noches y más noches sin descanso, y esta desazón del alma mía …”
H.Manzi escribe en 1945 “Fuimos” y dice: ” ¡Vete! ¿no comprendes que te estoy salvando?¿ no comprendes que te estoy amando? No me sigas no me llames, ni me beses, ni me llores, ni me quieras más”
E.Cadícamo en “Rondando tu esquina” 1945 dice: “Que me has dado vida mia que ando triste noche y día. Rondando siempre tu esquina, mirando siempre tu casa. Y esta pasión que lastima y este dolor que no pasa. Hasta cuando iré sufriendo el tormento de tu amor”
C Castillo en 1945 escribe “María “y dice: ”Acaso te llamaras solamente María!… No sé si eras el eco de una vieja canción, pero hace mucho. mucho fuiste hondamente mía sobre un paisaje triste desmayado de amor.”
E.Discépolo en “Canción desesperada”( 1945) dice:” Dónde estaba Dios, cuando te fuiste? ¿Dónde estaba el sol que no te vio? Cómo una mujer no entiende nunca que un hombre da todo, dando su amor? Soy una canción desesperada que grita su dolor y tu traición!..”
H.Manzi en “Che Bandoneón “(1950)dice: “Bandoneón para qué nombrarla tanto? No ves que está de olvido el corazón y ella vuelve, noche a noche, como un canto en las notas de tu llanto che bandoneón?
3.1.9 Confiesa maltrato para salvarla de él
E.S.Discépolo cuenta en “Confesión” (1930) por qué la dejó ir y su nostalgia al verla un año después:“ Hoy después de un año atroz, te vi pasar. Me mordí pa’ no yamarte!… Ibas linda como un sol, se paraban pa’ mirarte. Yo no se si el que te tiene así se lo merece. Sólo se que la miseria cruel que te ofrecí me justifica al verte hecha una reina, que vivirás mejor lejos de mí…”
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