15. Reflexiones finales
La prostitución parece haber existido desde los orígenes de las formaciones sociales humanas. Los diferentes datos consultados dan cuenta de al menos tres tipos de prostitución: la hospitalaria (que no perseguía el lucro); la sagrada y la moderna.
La prostitución existe en todas las sociedades modernas, de una manera u otra, y es más frecuente en las ciudades que en las áreas rurales.
Las y los TSC provienen, en su mayoría, de hogares pobres, con serios problemas en cuanto a su composición interna, lo que deriva frecuentemente en la desintegración familiar. Además, presentan un nivel de instrucción bajo, lo cual dificulta su acceso a un mercado laboral con mejores condiciones para su desarrollo como personas.
En el caso particular de las mujeres, se observa que el embarazo precoz y no deseado es una causa adicional que las impulsa a ejercer la prostitución.
Tienen perspectivas limitadas, el acceso restringido a bienes de consumo y servicio.
La falta de un control sanitario lleva a algunas personas de este sector a una situación de ilegalidad y de atentado a la salud.
Permite identificar a las personas que ejercen la prostitución como víctimas, en primer lugar de las circunstancias que las empujan a esta actividad, y en el caso de las mujeres, llegan a ser víctimas de los que regentean, de clientes y de las autoridades corruptas.
Toda sociedad, para desenvolverse normalmente, precisa tener un marco jurídico que deba ser salvaguardado mediante normas y leyes jurídicas. Siempre será necesario que la sociedad se proteja de modo particularmente eficaz contra ciertas conductas. En el caso de la prostitución existe una urgente necesidad de normar adecuada y coherentemente su accionar ya que ésta como actividad, profesión, ocupación o como quiera que se lo identifique de acuerdo a la valoración de una determinada época y lugar, cambiará de forma, se transformará pasando de un ambiente a otro y de una civilización a otra, pero no desaparecerá.
Por último, se destaca la función pública que cumple la prostitución como válvula de escape a una sexualidad masculina no canalizable por otras vías; como compañía y alivio a la soledad del hombre; como mecanismo de prevención de la violación y el abuso sexual a otras personas (mujeres, hombres o niños y niñas).
Llegado a este punto del análisis, conviene preguntarse ¿qué es exactamente la prostitución?
¿un destino?
¿el producto de una coacción?
¿una decisión personal?
¿una víctima psicosocial?
¿es una libre decisión de un T. S. C.?