Contentidos
IV. BREVE HISTORIA DEL INCESTO EN DIFERENTES CULTURAS
1. Incesto en Roma
En la Antigua Roma, Nerón y su madre Agripina la Menor (o Agripinila) mantuvieron una relación incestuosa. Calígula, su tío cometió incesto con sus 3 hermanas: Agripinila (madre de Nerón), Drusilla y Julia Livia.
El imperio romano aparentaba ser vibrante y promiscuo pero estaba cediendo a una nueva religión: el Cristianismo que precipitó a Roma al ascetismo.
Los cristianos se preocuparon más que nunca con el incesto a medida que combatían contra la lujuria (por ejemplo, quemando los dedos para resistir la tentación). Levemente soslayado, el erotismo del incesto consistentemente creció dentro de la iglesia.
El clero y los papas procuraban las prostitutas. Sergio III. Papa n.º 119 de la Iglesia Católica de 904 a 911.La elección de Sergio, conde de Túsculo, incestuoso y libertino con los niños, como papa, supone el inicio de un período de la historia del papado conocido como “pornocracia”. Las amantes de los pontífices tienen gran influencia en las decisiones papales
2. Incesto en Egipto y en el Imperio Incaico
A través de la historia los matrimonios de incesto (especialmente entre las clases gobernantes) eran aceptados y extensamente practicados en muchas culturas.
El incesto se dio en el antiguo Egipto como y en el imperio incaico, donde se permitía a los miembros de la realeza que se casaran con sus hermanas o hermanos para preservar la descendencia real.
En la realeza egipcia, el matrimonio entre hermanos y hermanas era lo común para conservar el poder, como por ejemplo la dinastía ptolomeica y la de muchos de los faraones predecesores. Así, Cleopatra gobernó en matrimonio primero con uno de sus hermanos y luego con otro. Estos incestos concluyeron en guerras dinásticas fratricidas.
En el Imperio Incaico, se ha asegurado que el matrimonio incestuoso de algunos príncipes, hubo consolido la unidad del imperio.
Aun en tiempos de la dominación española, el inca Sauri Túpac durante el mando del Virrey Cañete, por disposición del arzobispo del Cuzco, se casó con su hermana Beatriz que se hallaba en un convento. Otros afirman sin embargo que los hechos pueden haber sido mal interpretados, y que en vez de hermanas, podría haberse tratado de primas.
3. Mitología e incesto
En la mitología griega aparecen casos emblemáticos como el incesto de Edipo y Yocasta.
Este mito griego fue plasmado en la obra más famosa e influyente que es la tragedia Edipo Rey escrita por Sófocles. Este mito se convirtió en muy popular a partir de su explicación psicoanalítica.
Edipo era el hijo del rey de Tebas y al nacer, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que el niño, una vez adulto, le daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo al nacer.
Apiadado de él, en vez de matarlo, el súbdito lo abandonó en el monte Citeron, colgado de un árbol por los pies.. Un pastor halló el bebé y lo entregó al rey Pólipo de Corinto. Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa “de pies hinchados” por haber estado colgado.
Al llegar a la adolescencia Edipo, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprende un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo encuentra a Layo en una encrucijada, discuten por la preferencia de paso y lo mata sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre.
Más tarde Edipo encuentra a la esfinge, un monstruo que daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos. A la pregunta de « ¿cuál es el ser vivo que camina a cuatro patas al alba, con dos al mediodía y con tres al atardecer?», Edipo respondió correctamente que es el hombre, quien gatea cuando bebé y se apoya en un bastón cuando viejo.
Había también otro acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera». Edipo contestó: el día y la noche. Furiosa, la Esfinge se suicida lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el rey de Tebas, como premio, y se casa con la viuda de Layo, Yocasta , su verdadera madre. Tendrá con ella cuatro hijos: Polinices , Eteocles, Ismena y Antígona.
Al poco, una terrible plaga cae sobre la ciudad (la peste), ya que el asesino de Layo no ha pagado por su crimen y contamina con su presencia a toda la ciudad.
Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se cuelga en el palacio. Horrorizado, Edipo se quita los ojos con los broches del vestido de Yocasta en señal de la ceguera que siente por no haber visto la realidad antes y ordena a Creonte, que lo expulse de la ciudad. Sólo su hija y hermana Antígona (otro incesto famoso) le guía por donde tiene que caminar. El libro concluye con uno de las características del teatro griego, la catarsis, expuesta por el coro, “…Nadie es dichoso hasta que muere…”.
Entre otros incestos míticos de origen griego se pueden recordar: el de Tiestes.
En la mitología griega, Tiestes, hijo de Pélope y de Hipodamía, nieto de Tántalo, hermano gemelo de Atreo y padre de Egisto. Fue desterrado de Olimpia junto con su hermano Atreo, por matar a Crisipo, su medio hermano. Rivalizó con Atreo por el trono de Micenas. Sedujo a la mujer de Atreo y la persuadió de que robara un cordero de oro (signo de realeza) de los rebaños de Atreo para así tomar el trono.
Zeus intervino haciendo una prueba en la cual Atreo salió victorioso. Atreo se convirtió en rey y lo desterró. Tiestes volvió de su exilio por orden de Atreo. Atreo, para vengarse del adulterio, ofreció un banquete donde los hijos de Tiestes eran la comida. Tiestes, al darse cuenta, maldijo a su hermano gemelo y huyó de ahí. El oráculo de Delfos le advirtió que solo podría vengarse si concebía un hijo con Pelopia, su misma hija. El que nació fue Egisto, quien mató a Atreo y le hizo recuperar el trono; sin embargo, fue derrocado tiempo después por los hijos de Atreo. El mito de Tiestes influyó mucho en las obras teatrales grecolatinas, resaltando en el Siglo I d.C.la que Lucio Anneo Séneca escribió una tragedia llamada Thiestes.
Otro mito incestuoso griego es el de Adonis nació de la unión incestuosa del rey Tías y su hija Mirra. En la mitología griega Mirra o Esmirna era la hija de Tías, rey de Asiria o Cíniras, rey de Chipre, y Cencreis. Existen varias versiones del nacimiento de Adonis: por ejemplo en una versión, narrada en la fábula 58 de Higino, la esposa del rey Tías, presumía de que su hija Mirra era más hermosa que Afrodita. Para castigar a su madre, Afrodita hizo que Mirra se enamorase de su padre y le sedujese en sueños, engendrando a Adonis. Enfurecido, Tías quiso matarla. Compadeciéndose de ella, Afrodita la transformó en un árbol de mirra.
Otro ejemplo es el del dios Zeus que tomó incestuosamente a su hermana Deméter, con la cual tuvo a Perséfone, con quien a su vez cometió un doble incesto al tener un hijo con ésta. Dicho hijo es llamado Dionisos-Zagreos o Yaco.
En la mitología egipcia encontramos a: Osiris e Isis, Horus y Seth.
Osiris el dios del aire y la Tierra tuvo un vínculo incestuoso con su hermana la diosa Isis del que nació Horus, un feroz y orgulloso dios del antiguo Egipto.
Osiris fue asesinado por su hermano Seth para arrebatarle el trono. Para mantener su poder, Seth trató de evitar que Osiris tuviera hijos. Sin embargo, Isis le escondió su embarazo a Seth y salvó a su hijo.
Horus creció en secreto y determinado a vengar la muerte de su padre. Cuando creció, Horus retó a Seth. La pelea violenta, donde Horus perdió un ojo, duró hasta que la asamblea de los dioses se decidió a intervenir y declaró que el trono pertenecía a Horus. Seth fue ordenado a substituir el ojo de Horus. Pero para honrar la memoria de Osiris, Horus ofreció el ojo de halcón recuperado a su padre, y se cubrió la herida con una serpiente divina, Uraeus. Desde entonces, la serpiente ha sido considerada el emblema de los faraones egipcios.
Por fin, Osiris podía transmitirle el poder a su hijo Horus, y retirarse al mundo de los bendecidos y convertirse en el dios del inframundo. Horus se convirtió en el nuevo rey de Egipto, gobernando bajo el dios Sol Re.
Prácticamente en todas las mitologías existen relatos que refieren a un incesto primordial, el cual es resuelto por una interdicción (prohibición) del mismo.
El incesto en la Biblia
Durante la época de los patriarcas es evidente que las primeras uniones conyugales fueron endogámicas, pudiendo sólo tener lugar entre hermanos y hermanas, y posteriormente entre parientes próximos, pero prontamente la ley natural condenó dichas uniones.
Resulta comprensible, al menos entre pueblos que admitieron la idea de un dios único, que era malsano superponer otra unión a aquélla que impone el nacimiento, ya que desde los orígenes el designio del Creador es de mezclar las familias, en interés de toda la humanidad.
Si bien el Génesis hace referencia a uniones incestuosas, éstas no son bien vistas, y resultan severamente reprobadas.
En el Génesis 19:31-36 Las hijas de Lot, la mayor dijo a la pequeña: “Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el mundo. 19:32 Ven, vamos a propinarle vino a nuestro padre, nos acostaremos con él y así engendraremos descendencia.”
19:33 En efecto, propinaron vino a su padre aquella misma noche, y entró la mayor y se acostó con su padre, sin que se enterase de cuándo ella se acostó con él, ni cuándo se levantó.
19:34 Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña: “Mira, yo me he acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche, y entras tú a acostarte con él, y así engendraremos de nuestro padre descendencia.”
19:35 Propinaron, pues, también aquella noche vino a su padre, y levantándose la pequeña se acostó con él, sin que se enterase de cuándo ella se acostó con él ni cuándo se levantó.
19:36 Las dos hijas de Lot quedaron encintas de su padre.
Por lo tanto, con referencia al gran incesto, hemos hecho mención a las dos hijas de Lot, que emborracharon a su padre, del cual concibieron dos hijos, Moab y Ammon (Gn.19: 31,38)
Si bien el texto sagrado no condena directamente este doble incesto, lo narra, seguramente para descalificar el origen de moabitas y ammonitas ante los israelíes, a quienes les está vedado tener relaciones con los miembros de estas tribus descendientes de Lot; por otra parte, el Señor prohíbe recibir a un moabita o a un ammonita en el seno de su pueblo, ni aún en la décima generación y a perpetuidad.
Así, en Dt. 23:4 dice: “El ammonita y el moabita no serán admitidos en la asamblea de Yahveh; ni aún en la décima generación serán admitidos en la asamblea de Yahveh, nunca jamás”
Un ejemplo de pequeño incesto se da con Rubén, el hijo mayor de Jacob, quien mantuvo relaciones carnales con Bilhá, concubina, es decir, esposa de segundo rango de su padre; si bien el patriarca no ignoraba esta situación, según Gn.35: 22: “Sucedió por entonces … que fue Rubén y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre, e Israel se enteró de ello”, la consecuencia de ello fue la pérdida del derecho de primogenitura, que Jacob le reprocha a su hijo Rubén en el momento de su inminente muerte (Gn. 49: 3)
En el caso de Tamar, la nuera de Judá, no se trata propiamente de una relación incestuosa, por cuanto éste la confundió con una prostituta, ya que ella tenía el rostro cubierto por un velo, y, en cumplimiento de la ley del levirato, deseaba un descendiente (Gn.38) y ya se había visto frustrada por la conducta de Onán, hermano de su marido muerto. En efecto, si bien Onán tuvo relaciones sexuales con su cuñada (pequeño incesto), no quería dar descendencia a su hermano, por lo que derramaba su semen en la tierra: “Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, si bien tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra, evitando el dar descendencia a su hermano”(Gn.38:9). La pena por esta acción es tan grave, que Yahveh lo castiga con la muerte: “Pareció mal a Yahveh lo que hacía y le hizo morir…” (Gn.38:10). Es posible que el fundamento del castigo sea el egoísmo de Onán, pero en realidad se piensa que la verdadera razón de la pena divina es debida a la transgresión a la ley natural de la procreación.
En la legislación mosaica, antes de formular las normas que condenaban las principales formas de incesto, Moisés recuerda que el Señor prohíbe a los israelitas imitar las costumbres de Egipto y de Canaán; así en Lv.18:3, refiriéndose a las uniones conyugales, Yahveh dijo a Moisés: “No hagáis como se hace en la tierra de Egipto, donde habéis habitado, ni hagáis como se hace en la tierra de Canaán adonde os llevo; no debéis seguir sus costumbres”. En efecto, en Egipto, las uniones entre parientes consanguíneos eran practicadas con el propósito de conservar la pureza de la sangre real.
En Canaán también eran comunes las uniones incestuosas, cuya influencia fue sufrida por algunos personajes hebreos de la época patriarcal, y si bien según la ley, éstos no podían unirse con cananitas, hay excepciones en el Génesis; así Judá, hijo de Jacob, tenía por mujer a una cananea, en Gn.38:2 se lee: “ conoció Judá a la hija de un cananeo… y tomándola por esposa se llegó a ella.
También el profeta Ezequiel reprocha a los habitantes de Jerusalén los incestos cometidos entre el hijo y la mujer de su padre; entre el suegro y la nuera; entre el padre y la hija de su padre, o sea su medio hermana; así en Ez.22:10,11 dice: “En tí se descubre la desnudez del propio padre… el otro se contamina de manera infame con su nuera, otro hace violencia a su hermana, la hija de su propio padre”
Amós señala también, entre los crímenes que se cometen en Israel, al padre y al hijo que mantienen relaciones con una misma mujer, así en 2:7 dice: “…hijo y padre acuden a la misma moza, para profanar mi santo Nombre”. En este caso se trata sin duda de una esclava doméstica tomada como objeto de placer por el padre y el hijo; en realidad lo que se condena no es tanto el incesto, sino la degradación infligida a un ser humano, por cuanto todo aquello que atenta contra la dignidad del hombre, ofende a Dios
Como hemos podido observar, la legislación Mosaica no es una ética que emana de una filosofía, con normas universales para todos los seres humanos, sino que emana de una alianza exclusiva para los hebreos, que son los únicos obligados a cumplirla, teniendo a cambio la alianza de un Dios todopoderoso.
Moisés no pensó en dar normas en nombre de Dios al mundo entero. Al contrario: da normas a los israelitas para que se distingan de los demás pueblos, afirmando así un profundo espíritu nacionalista.
En la mitología bíblica se narra también casos de incesto y violación como el que protagonizó Amón hijo de David que engaña y viola a su hermana Tamar y luego la repudia. Luego Absalon hermano de Tamar mata a su hermano Amon para vengarla.