5. Concepto actual de trasvestismo
Teniendo en cuenta lo analizado en el punto anterior se puede arribar a las siguientes consideraciones conceptuales del tema.
Se entiende por trasvestismo o fetichismo trasvestista (Hirschfeld) o Eonismo (H Ellis) a la utilización de ropas del sexo opuesto para lograr el placer sexual.
Dijimos que H Ellis lo consideró como una inversión sexoestética. El caballero Chevalier D’Eon (1728-1810) usaba ropas femeninas para desempeñarse socialmente, de allí que también se conozca esta parafilia como D’Eonismo. Es también el caso de Edgar J Hoover (1895-1972) el director del FBI.
No se debe confundir entonces con el travestismo homosexual masculino utilizado exclusivamente para ejercer la prostitución, (en este caso la ropa femenina es un “uniforme de trabajo”), con una persona disfrazada o representando un espectáculo (trasformismo) que puede o no ser además un homosexual.
El verdadero trasvestismo suele ser el oculto, el que goza con la utilización de prendas del sexo contrario, especialmente intimas (trasvestofilia). La trasvestofilia es la excitación erótica y la facilitación y el logro del orgasmo relativas a, y dependientes del hecho de vestir prendas, especialmente prendas interiores, del otro sexo.
Se entiende por trasgenerismo, (transgender, en inglés) a la persona que vive tiempo completo como alguien correspondiente al sexo opuesto al que le corresponde biológicamente. No solo visten ropas del otro sexo sino que se ha realizado transformaciones corporales (menos de los genitales) como la depilación eléctrica, siliconas en las mamas, ingestión de hormonas femeninas, etc.
Los elementos esenciales para considerar una conducta como trasvestista genuino son los siguientes:
- ser una necesidad impulsiva erótica independiente de toda coacción externa.
- se debe descartar que no sea un hecho circunstancial de disfraz, representación teatral o coacción social (caso George Sand)
- tiene independencia de la orientación sexual (ya que se puede dar en autosexuales, homosexuales heterosexuales y bisexuales).
- puede ser una manifestación por “inducción infantil” a través de una madre insatisfecha con el sexo de su hijo y que luego se hace hábito.
De manera tal que, debe diferenciarse la forma genuina, atracción erotica de vestir ropas distintas a las asignadas para su sexo biológico, (por lo general esta manifestación suele ser oculta) de la forma ostentosa o espuria que suele ser una representación que responde a motivaciones a la búsqueda debeneficios secundarias sociales, como por ejemplo la expresión lucrativa de una homosexualidad prostibularia o la explotación artistica.
Todos los autores están de acuerdo que el trasvestismo genuino como parafilia se da fundamentalmente en sujetos heterosexuales. Tanto en las estadísticas de H Benjamin como en la de Prince (1967) solo el 29% de los sujetos consultados admiten conductas o tendencias homosexuales.Si bien es cierto que hay homosexuales que se trasvisten en aras del espectáculo, la prostitución o simplemente el placer estético o por histrionismo pero ello no guarda relación directa con la excitación sexual.
Lo común es que se trate pues de varones heterosexuales, habitualmente casados y con hijos, que guardan en secreto su parafilia inclusive a sus parejas.
La diferencia entre el trasvestista homosexual y el heterosexual está en que el primero necesita hacer pública su conducta (la participa) mientras que el segundo por lo general la mantiene oculta y la manifiesta en forma privada.
El trasvestista (1% de la población) suele tener predilección fetichista por alguna prenda del otro sexo en especial.
A diferencia del transexual no reniega de sus genitales, su rasgo característico es el deseo impulsivo de vestirse con ropas del otro sexo para lograr placer o tranquilidad psíquica con ello bajar la ansiedad. La mujer travestista (que viste de varón) es poco frecuente como expresión erótica..
Entre los mecanismos de producción de la conducta trasvestista se pueden citar:
- los fetichistas que visten con uniformes
- los parcialistas que utilizan solo una prenda del otro sexo
- los que mimetizan su vestimenta, o sea que se visten con ropas del mismo sexo solo por encima (travestismo de ropa interior)
- los de conductas paroxisticas (por épocas)
- los oníricos (sueños con conductas trasvestistas) y simbólicos (usan apodos del otro sexo)
En la práctica se pueden observar tres grupos de trasvestistas:
- los que obtienen placer con simples ropas de vestir femeninas (ropa interior). Colocadas estas vestimentas sirven de preludio de una masturbación (fetichista-trasvestista) o impulsan a que le permita una relación heterosexual por proyección imaginativa.
- los que se les desarrolla el deseo a través del acicalamiento y vestir femenino sea total o parcial pretendiendo inclusive “pasar por mujer” (feminofilia) durante un lapso que puede durar minutos u horas.
- los que el acto de transvestirse se extiende a períodos prolongados de tiempo incluyendo el equívoco femenino. Suelen poseer un extenso guardarropas, se convierten en peregrinadores de tiendas femeninas e invierten un considerable tiempo en contemplarse travestidos ante el espejo y sin embargo al contrario de los transexuales (conflicto de identidad sexual) no se identifican como mujeres a pesar de lo cual son los que más posibilidades tienen con el tiempo de desarrollar una condición transexual convirtiendo el problema de identidad de género en un conflicto de la identidad sexual.
Por lo común está parafilia de observación mucho más frecuente en el varón tiene su comienzo en la niñez con las primeras masturbaciones como vicisitud de la identidad de género (internalización de roles femeninos) Con el desarrollo de la personalidad se puede afianzar como una perturbación sexual cualitativa por deformación de la imagen de la pareja respecto al objeto con que se obtiene placer erótico u orgasmo (la utilización de ropas del otro sexo).
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.