2.5. TRANSEXUALISMO
El transexualismo forma parte dentro las vicisitudes del proceso de sexuación de un conflicto básicamente de la identidad sexual, como se ha explicitado en lo publicado en la Revista de Psiquiatría Forense Sexología y Praxis de la AAP Año 4 Vol. 2 Nº 2 (6) Pág. 159-178 octubre 1997.
El transexualismo se configura cuando alguien que siendo inequívocamente de un sexo “siente” que su identidad de género corresponde a la del otro sexo, como si estuviera “atrapado” en un cuerpo que no se ajusta a sus inclinaciones libidinosas.
A este estado de insatisfacción con el sexo biológico impuesto se lo denomina también disforia de género.
De manera que, ante este “error de la naturaleza” estas personas pretenden que se les cambie quirúrgicamente la morfología de sus genitales y a partir de dicho cambio, acceder al “otro” sexo, el mismo que en realidad sigue teniendo ya que lo único que se realiza quirúrgicamente es un cambio en la morfología genital externa.
Antecedentes
El transexualismo entró en la literatura médica en 1853 cuando Frankel describió el caso de Screfakind Blank, cuyo cuerpo examinó post-mortem.
Screfakind Blank se había suicidado ahogándose, antes de ser apresado por la policía. Desde niño había sentido afición por disfrazarse de mujer y había sufrido cárcel por su tendencia a seducir jóvenes y contagiarles enfermedades venéreas.
Posteriormente Von Richard Krafft-Ebing en 1894, describió algunos casos y Magnus Hirschfeld en 1925 utilizó por primera vez el término “travestismo” (hoy sabemos que se equivocó) y lo diferenció de la homosexualidad.
Havelock Ellis en 1936 los llamó “invertidos sexoestésicos” o eonistas, en referencia al caballero D’ Eon que vivió la mitad de su vida como mujer.
El término “psicopatía transexual” se la debemos en 1949 al sexólogo americano David Oliver Cauldwell (1897-1959) y en 1953 el endocrinólogo alemán radicado en USA Henry Benjamín (1885-1986) habla de la diferencia en travestismo y transexualismo publica recién en 1966 un trabajo con una muestra de 172 pacientes (152 varones y 20 mujeres) sobre el “Fenómeno transexual”. A partir de este trabajo surge una explosión casuística que culminó en 1969 con la monografía del psiquiatra americano Richard Green (1936–) y el psicólogo John Money (1921-2006) titulada “Transexualismos y reasignación de sexo” que es la primera descripción sistemática (clínico-psicológico-antropológico y sociológico) del síndrome.
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David O’Cauldwell,Henry Benjamín,John Money
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El primer caso de reasignación que se tiene noticias fue el de Cristina Jorgensen en Dinamarca en 1953.
Las estadísticas de la Harry Benjamín Internacional Gender Dysphoria Association USA hablan de 6000 reasignados por medios hormonales y quirúrgicos, y en el mundo habría alrededor de 60000 candidatos a someterse a la reasignación.
Los estudios de prevalencia más serios son los suecos (Wälinder 1968) y los de la Gran Bretaña (Hoening y Kenna 1974) que coinciden en 1/37.000 varones y 1/108.000 mujeres. En 1981 Ross en Nueva Zelandia estima 1/24.000 varones y 1/150.000 mujeres. Es decir la proporción varón /mujer sería 6:1.
Etiología
Ya hemos planteado el problema de las vicisitudes del proceso de sexuación. En el caso particular del transexualismo se observa claramente las dificultades en el logro de la identidad sexual que presenta este síndrome.
Con extraordinaria perspicacia John Money, el sexólogo neozelandés radicado en USA, ha comparado los acontecimientos que ocurren desde la fecundación hasta la aparición de la conciencia de masculinidad o feminidad a una carrera de relevos que se podrían graficar así:
No existe una evidencia fehaciente de por qué un transexual presenta un convencimiento temprano, permanente e irreductible de que su cuerpo no está de acuerdo con su mente “genéricamente” distinta.
Se sostienen teorías del error en la impregnación prenatal hormonal hipotalámica (androgenización o no androgenización hipotalámica) en el desarrollo intrauterino. Otros hablan de un aprendizaje o internalización errónea de la conciencia de masculinidad o feminidad (falla de la identidad de género) .Es probable que (con diferentes gradaciones) cada uno de estos factores etiológicos estén presentes en el origen del transexualismo aunque la hipótesis biológica tenga mayor resonancia actual.
El hipotálamo tiene funciones primordiales en el conjunto de la respuesta sexual, es la estructura más especializada en lo que se refiere a la conducta sexual.
Conjuntamente con el sistema límbico y el bulbo olfatorio forman un importante paleo circuito de funciones sexuales.
Su intervención en la conducta dimórfica y de las preferencias eróticas es indiscutible. Son centros de verdaderos “acoplamientos” siendo el núcleo preóptico el propio del comportamiento masculino, y el ventromedial del femenino. Este conjunto se diferenciaría en un período crítico prenatal (4to a 7mo mes) Neumann en 1970 y Dörner en 1976 hablan de que un bloqueo de la androgenización preoptica o una anormal androgenización ventromedial femenina sería la causa del transexualismo o como mínimo una condición específica que desencadenaría la cadena de eventos que comportan el inicio de las cogniciones y conductas transexuales e inclusive de ciertas homosexualidades. Es decir, las estructuras neocorticales (con sus instancias cognitivas) se encargarían de “matizar” las funciones diencefálicas.
Diagnóstico
Tanto el transexual varón como el transexual mujer presentan características similares que las podemos sintetizar así:
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Características,Transexual varón,Transexual mujer
Sexo:,macho,hembra
Rol de género:,asignación masculina,asignación femenina
Identidad de género:,actúa la feminidad,actúa la masculinidad
Identidad sexual:,se siente mujer,se siente varón
Orientación sexual:,luego de la reasignación le atrae la heterosexualidad,luego de la reasignación le atrae la heterosexualidad
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Haremos una apretada síntesis de las normas que se establecen en la Clínica de Identidad de Género del John Hopkins Hospital y del Harry Benjamín Internacional Gender Dysphoria Association como declaración de principios o normas mínimas a tener en cuenta en el diagnóstico
- Disconformidad permanente con relación a su esquema corporal.
- Deseo persistente de deshacerse de sus genitales (solicitud de cirugía)
- Disconformidad con su identidad sexual por lo menos por dos años sin presión psicológica
- Ausencia de intersexualidad
- Para que esta perturbación de la identidad sea genuina se debe descartar que el individuo no padezca un cuadro de alienación mental, por ej.: una psicosis, estados bordelindes, etc.
Por lo tanto, se trata de una entidad clínica perfectamente original y autónoma que no debe ser confundida ni con los estados intersexuales, ni con la homosexualidad ni con el travestismo. Así por ej.: el transexual varón se niega a ser varón, se viste como mujer sin que exista erotismo en ello (no es transvestista) le repugna establecer relaciones con mujeres porque tal actitud la considera “lesbianismo” quiere establecer vínculos con varones porque se siente mujer y por ello quiere ser reasignado para ser “heterosexual”.
Muchos transexuales genuinos llevan una vida sexual asceta y suelen no masturbarse. Se han observado también casos de seudotransexuales que presentan dolores abdominales periódicos con rectorragia. Pueden tratarse de racionalizaciones delirantes de fenómenos hemorroidales triviales, de fenómenos psicosomáticos emparentados con colitis ulcerosas o conversiones histéricas o de simulación. Se suelen satisfacer teniendo relaciones con varones que “se equivocan” acerca de su identidad sexual (esconden sus genitales o mienten menstruación) desempeñando con ellos el “rol femenino”. También se ha observado seudotransexuales que tienen prácticas eróticas con mujeres haciendo que estas los penetren analmente con penes artificiales y “convirtiéndolas” en mujeres fálicas.
Como observamos es muy importante realizar un buen diagnóstico sexológico para descartar toda patología mental, ya que la “vivencia transexual” puede comportar una nota de reivindicación frente a la sociedad que no comprende su “metamorfosis sexual paranoica“ , su neurosis obsesiva, su hipocondría, o su delirio de transposición corporal.
Conclusión
En el trabajo que hemos realizado en el mes de octubre de 1997 “El transexualismo Su delimitación sexológico-psiquiátrica” Publicado en el Libro de los Resúmenes del IV Congreso Internacional de Psiquiatría de la AAP hemos concluido que la transexualidad es una identidad en la que el individuo se identifica, desea vivir y ser aceptado como una persona del sexo opuesto a su género biológico.
La transexualidad presenta por lo tanto, una discordancia entre la identidad de género propia y el sexo biológico determinado en el nacimiento; surgiendo la convicción de pertenecer al sexo opuesto, por lo que siente que se encuentra atrapado en el ser biológico equivocado.
El deseo transexual se define la inconformidad con el sexo anatómico, provocando que el individuo busque que su apariencia física y genitales sean lo más acercados posible a su verdadera identidad de género a través de cirugías y tratamientos hormonales de reasignación de género o cambio de sexo.
La terapia clínica de la transexualidad incluye diversos tratamientos endocrinológicos e intervenciones quirúrgicas que modelan el cuerpo a semejanza del cuerpo de una persona que pertenece al género deseado.
La transexualidad involucra el sentimiento de pertenencia a una identidad, el cual puede tener implicaciones legales sobre el cambio de identidad que aseguren a la persona transexual ser reconocida legalmente como una persona del género opuesto.
[spp title=”II. Diagnóstico diferencial. (6. HOMOSEXUALISMO Y BISEXUALISMO)”]