Contentidos
2.3. TRANSFORMISMO
Concepto
El transformismo es un sustantivo usado para referirse a personas de un sexo biológico determinado dentro del dimorfismo sexual (macho o hembra) que ocasionalmente (por alguna razón especial) adoptan los modismos culturales (maquillaje, vestimenta, gestos, forma de hablar) que convencionalmente se le asignan al sexo contrario.
El transformismo no siempre se trata de una opción ligada a la orientación sexual, ni tiene objetivos eróticos estimulantes. Sus fines son más bien artísticos. Así por ejemplo un actor se convierte en mujer en el escenario pero no usa este recurso expresivo en la cama. Por lo tanto, el transformista no suele cuestionarse la identidad de género.
Se diferencia, así, de las personas transgénero ya sea homosexuales, transexuales o intersexuales etc., que tienen que adaptar su cuerpo (por medio de hormonas, intervenciones estéticas o cirugía de reasignación) para buscar coherencia en mayor o menor grado entre su identidad de género psicológico y el sexo biológico.
Casi todas las sociedades humanas a lo largo de la historia han realizado distinciones entre machos y hembras ya sea por el estilo, el color o el tipo de ropa que deben usar, y además la mayoría de las sociedades han tenido un conjunto de normas sociales directrices o incluso leyes definiendo qué tipo de ropa es apropiado para cada género.
Hay muchas clases diferentes de transformismo y muchas razones diferentes, por qué un individuo podría involucrarse en un comportamiento transformista.
Para algunas personas vestirse con ropas del otro sexo es una cuestión de comodidad o estilo, o de preferencia por la ropa, asociada con el sexo opuesto. Algunas personas lo hacen para sorprender a otros o desafiar las normas sociales.
Con connotaciones de disfraz se ha utilizado por las mujeres y niñas para pasar como hombre en la sociedad y por los hombres y los niños a pasar ellos mismos como mujer.
También se ha utilizado como una trama en la narración y es un motivo recurrente en la literatura, el teatro y el cine.
Existen innumerable formas de expresión o manifestación del transformismo, entre ellas el “drag”.
Análisis del drag
El drag es una identidad sexual similar al travestismo en el que la persona utiliza ropa socialmente asignada al género opuesto para la representación dramática de un hombre (drag King) y una mujer (drag Queen) de caricatura o sátira. El drag puede estar ligado a cualquier orientación sexual, pero se limita únicamente a la representación artística o dramática.
En el drag es frecuente la imitación de celebridades de la farándula, exagerando la forma de vestir y haciendo un burlesque de los convencionalismos de la sociedad como los preceptos del código de etiqueta social.
Históricamente fue habitual la presentación de sketches y obras de un sólo acto, frecuentemente con la participación de actores disfrazados de personajes del género opuesto para intensificar la comicidad.
En un drag show se presentan diversos artistas que desempeñan el canto, la danza, la actuación y la imitación, asimilándose el propósito fundamental del drag como una forma de actuación y teatro.
Historia del drag
El drag como forma del transformismo aparece como un elemento dramático en Reino Unido durante la segunda mitad del siglo XIX, derivado del travestismo y apreciado en espectáculos como el burlesque victoriano y la pantomima británica.
La explotación del drag como elemento cómico se inicia con la introducción en el teatro de variedades dentro de la cultura norteamericana en la Guerra de Secesión. El drag se vuelve un elemento común en espectáculos como el vodevil (del francés: vaudeville) y el burlesque americano.
El teatro de variedades pierde popularidad en la década de los 20’s, debido a la introducción masiva y doméstica de la radio y la televisión.
El drag retoma su popularidad en el cabaret de estilo americano durante la década de los 30’s, continuando hasta la década de los 60’s como un elemento primordialmente histriónico.
El drag formó parte de la comedia en vivo y la imitación entre la década de los 40’s como elemento principal de los drag shows que se presentaban en establecimientos dedicados al cabaret y al nuevo teatro de variedades.
En la década de los 50’s, en el periodo de la cultura closet (período anterior a la revolución sexual) los disturbios de Stone Wall consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas contra una redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, en el pub conocido como el “Stone Wall Inn” del barrio neoyorquino de Greenwich Village.
Frecuentemente se cita a estos disturbios como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la que la comunidad L.G.B.T. (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito del gobierno.
Los drag shows se vuelven populares en los establecimientos de clientela homosexual como los bares gay. La estética camp comenzó a recurrir al drag para la personificación de la ironía en las artes, valiéndose del vestuario afeminado y abigarrado de figuras masculinas para formular una intención cómica dentro de la cultura masiva y sus medios de comunicación.
Pronto se hicieron habituales los temas del camp y el drag como un elemento de explotación fílmica. Así el drag se convierte en un elemento asociado con la cultura gay debido a su recurrencia en la estética camp.
El camp es un tipo de sensibilidad estética del arte popular que basa su atractivo en el humor, la ironía y la exageración. El camp es una corriente artística relacionada con las formas del “arte kitsch”, considerado como una copia inferior y sin gusto de estilos existentes que tienen algún grado de valor artístico reconocido. Suelen identificarse sus cualidades atractivas bajo los parámetros de la banalidad, la vulgaridad, la artificialidad, el humorismo, la ostentosidad y el carácter afeminado.
Después de la “cultura closet” y la conformación del movimiento social LGBT, el drag se hace habitual como una expresión de género totalmente enfocada a la identidad transgénero, formando parte de la expresión de orgullo LGBT.
En su intención histriónica, actualmente se dedican al canto, baile, playback, concursos de belleza, drag shows y su participación en Gay Prides, (orgullo gay) la postura positiva contra la discriminación y la violencia hacia las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) para promover su autoafirmación, dignidad, los derechos de igualdad, aumentar su visibilidad como un grupo social, construir comunidad y celebrar la diversidad sexual y la varianza de género.
Entre las formas de expresión drag se encuentra popularmente el “drag queen”
El drag queen
Por su significado en el argot la palabra “queen” se añade a drag para describir a un hombre afeminado. Pero, la etimología del término “drag queen” se encuentra en plena discusión.
El término drag queen ocurrió en Polari, que es una forma de canto argot utilizado en Gran Bretaña por actores, circo y feriantes del parque de atracciones, los marineros de la marina mercante, criminales, prostitutas y la subcultura gay, en la primera parte del siglo XX.
Su primer uso registrado para referirse a los actores vestidos con ropa de las mujeres es de 1870.
Otra teoría popularmente aceptada es que la palabra drag se origina a fines de un retro acrónimo “dressed as a girl” (vestido como chica), e incluso al retro acrónimo similar “dressed resembling a girl” (vestido, parecido a una chica). en la descripción del hombre travestido.
La palabra “drag” (arrastre) se utiliza como un término referido a la ropa de mujer usada por los travestistas por lo menos desde el siglo XVIII, debido a la tendencia de sus faldas para arrastrar en el suelo.
El término “queen” (reina) puede referirse a la característica de la realeza afectada en muchos “personajes de arrastre”.
Por lo tanto, se le denomina drag queen a la persona que crea un personaje andrógino sin tener que imitar a una mujer u hombre. Se queda en la androginidad del ser humano y jugando con plataformas, pelucas, postizos, cascos, plumas, accesorios, etc.
Como se ha dicho, drag-queen es una de las variantes binarias de la identidad transgénero drag, que describe a un hombre que se viste y actúa como una mujer de rasgos exagerados, con una intención primordialmente histriónica que se burla de las nociones tradicionales de la identidad de género y los roles de género.
Es una forma de personificación femenina y transformismo en el que una persona altera su apariencia y los patrones de su personalidad para ajustarlos al comportamiento y apariencia de una mujer de caricatura, frecuentemente exagerando las cualidades estéticas asociadas popularmente a la feminidad mediante la utilización de vestuario “flamboyán” (colores extravagantes), peinados exuberantes y maquillaje, originado de una intención primordialmente cómica o satírica.
Las drag queens son popularmente relacionadas con hombres de orientación sexual homosexual, aunque cualquier tipo de orientación sexual puede estar presente en un hombre que desempeñe el drag, es decir pueden ser, homosexuales, bisexuales o heterosexuales; siempre teniendo en cuenta que están creando un personaje para la sociedad.
En cambio se le denomina drag king a la contraparte de una drag queen, es decir una mujer que se viste como hombre en forma de caricatura.
El drag es utilizado como un elemento histriónico dedicado al gender-fuck, es decir, dedicado a burlarse de las nociones tradicionales de los género binarios y sus roles dentro de la sociedad y la cultura.
Otros términos derivados incluyen drag diva (es una drag queen de facciones hermosas), drag princess (una drag queen joven) y drag butch (un butch tiende a denotar la masculinidad mostrada por una mujer más allá de una actitud de marimacho).
En un género más alejado del drag, se le denomina faux queen a una mujer que se viste como mujer de caricatura para resaltar el estereotipo clásico de varones travestistas, resaltando la feminidad y con fines artísticos.
En su contraparte, se le denomina faux king a un hombre que se viste como hombre de caricatura para resaltar el estereotipo de un hombre o el de un drag king, resaltando la masculinidad y con fines artísticos.
Otro término para un drag queen es el de “imitador de la mujer”, acepción que todavía se utiliza, aunque a veces se le considera como inexacto, porque algunos artistas contemporáneos de arrastre no intentan pasar como mujeres.
José Julio Sarria |
La suplantación de identidad femenina ha sido, y sigue siendo, ilegal en algunos lugares.
Allí se inspiró el activista político americano José Julio Sarria (1922 -2013) de San Francisco, California. Conocido por sus años de actuación en el histórico “Bar del Gato Negro” en esa ciudad desde los años cincuenta y sesenta, Sarria entretuvo a patronos como una drag queen con satíricas versiones de canciones populares y óperas al mismo tiempo animarlos a vivir sus vidas de forma más abierta posible.
También hay artistas que prefieren ser llamados “ilusionistas de género” que desdibujan la línea entre transgénero y drag queen.
Generalmente los artistas transgénero no se consideran drag queens no se consideran ser magos, pero, como con todo, hay excepciones. A menudo estas distinciones son más generacionales como las leyes y la aceptación de la individualidad cambia y crecen.
El cross dressing
El drag queen es un tipo de transformismo en el que se practica el “cross-dressing” con motivos satíricos.
El cross-dressing es una identidad transgénero en la que simplemente se utiliza la vestimenta del género opuesto, sin importar la intención, ya sea como un medio de identidad sexual, un medio de identidad de género, un propósito de entretenimiento, un fetichismo o una identidad cultural. Es decir, no tiene un motivo específico, ya que su intención es variable, tanto que no necesariamente puede relacionarse con algún tipo de expresión sexual.
El cross-dressing se manifiesta de manera poblacionalmente mayor entre hombres heterosexuales. Ha sido utilizado como método de transgresión social, en el que diferentes personajes históricos transgredían los convencionalismos sociales y religiosos de un género como el derecho a la educación, la participación militar y los preceptos religiosos, vistiéndose con la indumentaria socialmente asignada al sexo opuesto.
No obstante ello estereotipada y erróneamente se suele asociar con una conducta transexual u homosexual, cuando en realidad su manifestación se da en cualquier orientación sexual y no necesariamente relacionándose a un género u orientación sexual específica.
El cross-dressing es frecuentemente utilizado como elemento artístico en las representaciones dramáticas y como elemento clave en el cross-play, ambos sin necesidad de expresar ningún tipo de intención sexual, ya que sólo se limitan a la emulación transformista de un personaje con diversos motivos.
El cross-dressing puede ser interpretado o relacionado socialmente con el afeminamiento y la masculinización de un individuo.
Históricamente, algunas mujeres han utilizado el cross-dressing para tomar determinadas profesiones dominadas o exclusivas del hombre, como el servicio militar.
Por el contrario, algunos hombres han utilizado el cross-dressing para escapar del servicio militar obligatorio o como un disfraz para asistir a alguna protesta política o social.
Compañías teatrales tienen a menudo algunos intérpretes que ejercen el transformismo para jugar papeles escritos para los miembros del sexo opuesto particularmente la representación de los hombres con vestidos, se utiliza a menudo para efecto cómico en el escenario o en la pantalla.
Una variante del cross dressing es el under-dressing.
El término under-dressing es usado para describir a un transformista masculino que viste ropa interior femenina bajo su ropa masculina.
El famoso director de cine norteamericano Edward “Ed” D. Wood, Jr. (1924-1978) dijo que a menudo llevaba ropa interior femenina bajo su uniforme militar durante la segunda guerra mundial.
A veces cualquiera de los dos miembros de una pareja heterosexual será cross-dress para despertar eróticamente a la otra. Por ejemplo, el hombre podría llevar faldas o ropa interior o la mujer lucirá bóxer u otra ropa masculina.
Otros pueden optar por tomar un enfoque mixto, adoptando algunos rasgos femeninos y algunos rasgos masculinos en su apariencia. Por ejemplo, un hombre podría llevar un vestido y una barba. A veces a este hecho se lo denomina gender-fuck.
La determinación real de transformismo es en gran parte construido socialmente. Por ejemplo, en la sociedad occidental, pantalones han sido adoptadas para el desgaste por las mujeres, y no se le considera como transformista. En las culturas donde los hombres tradicionalmente han usado falda o pareo como prenda de vestir éstos no son vistos como indumentaria femenina, y usarlos no se consideran como transformista a esos hombres.
Como las sociedades son cada vez más globales en la naturaleza, tanto hombres como mujeres están adoptando estilos de vestido de otras culturas.
Análisis artístico del transformismo
Algunos psicoanalistas no miran hoy al transformismo por sí mismo como un problema psicológico, a menos que interfiera con el funcionamiento de la vida de una persona.
Esto puede estar relacionado o no con la identidad sexual. Muchas culturas incluyen esta práctica como una expresión artística, como es el caso de los onnagatas del teatro kabuki japonés, o los actores masculinos que representaban roles femeninos en la ópera tradicional china, así como también se acostumbraba en el antiguo teatro de algunos países de Europa.
Un ejemplo moderno podrían ser las películas hollywoodenses Víctor, Victoria (1982) y Tootsie (1982).
Entre los actores masculinos que se han vestido de mujer en actuaciones, programas de televisión o películas, se puede recordar a los estadounidenses Eddie Murphy (1961–), Rob Schneider (1963–), John Travolta (1954–), Johnny Depp (1963–), etc.
Ed Wood | Eddie Murphy | Rob Schneider | John Travolta | Johnny Depp |