VIII. REFLEXION FINAL
Las manifestaciones fetichistas suelen ser expresiones inofensivas de la actividad sexual de cada individuo que en algunos casos pueden configurar una parafilia exclusiva y requerir o no asistencia médica, y en tanto y en cuanto no cometan delitos formar parte de la vida privada de las personas.
No se trata de justificar los comportamientos parafílicos y aún menos las psicopatías sexuales, pero la condenación por el hecho de tenerlos, si no trasgreden pautas legales, es una intolerancia. Todo consiste en hacer que el sujeto tome conciencia de que debe vivir su sexualidad parafílica con los mismos criterios de responsabilidad que los que presiden el ejercicio de la sexualidad convencional. Nadie es responsable de sus tendencias, es solamente responsable de las formas como las vive. La parafilia en este caso el fetichismo, no es una elección, sino un destino, pero ésta, al igual que la sexualidad convencional, se debe ajustar a las pautas normativas de convivencia en el respeto por el otro.
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