V. Las perturbaciones sexuales y los delitos sexuales
En nuestra tesis doctoral (“Delimitación conceptual de las perturbaciones sexual”. Cátedra de Medicina Legal y Deontología Médica. Facultad de Medicina UBA 1980) dividimos a las perturbaciones sexuales en general en cuantitativas (disfunciones sexuales) y cualitativas (desviaciones sexuales o parafilias). En 1995 realizamos una actualización de esta clasificación que denominamos Nomenclatura de las Perturbaciones Sexuales. (18-38)
Las disfunciones sexuales o trastornos sexuales (tanto para el CIE 10 de la OMS como para el DSM IV) son perturbaciones sexuales cuantitativas por desequilibrio en más o en menos del deseo o apetito sexual (erotización) y de la capacidad funcional o rendimiento coital (sexogenitalización).(18-19-47)
El rasgo esencial es la exaltación o inhibición de los deseos eróticos (más frecuentemente el bloqueo) y/o los cambios psicofisiológicos durante el coito caracterizan el ciclo completo de la respuesta sexual humana.(11-19-47)
Llamada por el CIE 10-OMS desviación sexual, o parafilias para el DSM IV TR son perturbaciones sexuales cualitativas cuyas manifestaciones sexuales se caracterizan por la deformación de la imagen de la pareja (DIP) o por la deformación del acto sexual (DAS), es decir, anomalías del fin sexual, cuyas denominaciones todavía no son muy claras para muchos ya que se la confunde con denominaciones como las de perversión, pervertimiento, etc., de vieja raigambre en las escuelas psicológicas tradicionales.(18-19)
Se configura la parafilia cuando se necesita sustituir la actividad sexual convencional en circunstancias en que ésta es posible, por cualquier otro tipo expresión sexual que determina la única manera de poder excitarse en forma sistemática y preferencial.(6-25-47-52)
De manera que los medios se convierten en fines, en forma repetitiva, configurando un patrón de conducta rígido que adquiere carácter opresivo (pérdida de libertad) impidiendo tener opciones libres entre alternativas.
Por lo tanto, lo que configura la parafilia no es el “que” de la expresión sexual, sino el “como” se instrumenta. (25-47)
El término parafilia subraya concretamente que la desviación (para) se encuentra en aquello por lo que el individuo se siente atraído (filia) fijando un patrón de conducta regular sistemática preferencial y a veces único. La imaginación o los actos inusuales o extravagantes son necesarios para la excitación sexual. Tales imágenes o actos tienen ser insistentes e involuntarios y por lo general suponen:
a) la preferencia por el uso de objetos no humanos para la excitación sexual.
b) la actividad sexual repetida con humanos en la que hay sufrimiento.
c) la actividad sexual repetida con parejas que no consienten o no son partidarios de ese tipo de expresión sexual, hecho que puede tener significación psicopatológica y/o psicojurídica.(25-47)
Los individuos que presentan estas alteraciones tienden a no considerarse a sí mismos como perturbados sexuales.
Pueden expresarse con distinta intensidad y con diferente modalidad. Así se observan formas:
- Mínima: expresión erótica fantaseada (imágenes, pensamientos, recuerdos) o actuada reconocida como placentera por el individuo y que aparecen espontáneamente (en forma intrusiva) sin perturbar las actividades sexuales convencionales.
- Acentuada: expresión erótica fantaseada o actuada reconocida como placentera por el individuo y que se busca insistentemente para lograr satisfacer las actividades sexuales convencionales.
- Predilecta o dependiente: expresión erótica que interfiere manifiestamente la actividad sexual convencional reemplazándola en forma electiva (selectiva) preferencial (prevalente) o única (exclusiva).(25-47)
Interesa fundamentalmente la forma predilecta o dependiente, que se caracteriza por la excitación sexual como respuesta a objetos o situaciones sexuales que no forman parte de los estímulos convencionales y que en diversos grados interfieren con la reciprocidad afectiva fijando un patrón de conducta regular, sistemático, preferencial y a veces único. A su vez el carácter impulsivo es necesidad de repetir la experiencia ya que lo único que “calma” la excitación sexual es la ejecución de ese tipo de opción.(25-40)
Es necesario hacer diagnóstico de personalidad para establecer la genuinidad de la manifestación sexual (egosintonía) o la sintomaticidad de la misma (egodistonía). En nuestra experiencia sólo tienen relativa posibilidad de modificar su conducta los egodistónicos (que son muy pocos) y en la inmensa mayoría son sintomáticos de una alteración psiquiátrica de base. (25-40)